viernes, 17 de enero de 2014

Sobre educación


Como ya les he venido comentando anteriormente, Jiddu Krishnamurti fue un pensador y conferenciante indio del siglo XX, que escribió sobre relaciones humanas, educación, meditación y la naturaleza de la mente. Para Krishnamurti los ideales no tienen cabida en la educación porque impiden la comprensión del presente, de lo que es. Somos capaces de adquirir conocimientos sobre el mundo exterior pero nada de lo que está pasando en nosotros mismos, y en consecuencia, estamos destruyéndolo todo. Educar a un individuo para que se ajuste a la sociedad no es más que fomentar en él la necesidad de buscar seguridad, de estar seguro. Es importante dar seguridad exterior, pero esa misma seguridad que buscamos fuera está destruyendo la falta de seguridad en uno mismo. Por lo tanto, la acción interna es mucho más determinante que la otra, porque es la que destruye la seguridad exterior, que es lo que está sucediéndonos.

El educador y el estudiante deben tener una relación correcta. La verdadera educación es ayudar al niño a no quedarse atrapado en la red de la sociedad, a que entienda las formas de autoridad a las que está sometido, tanto externas como internas. En la educación no pueden haber maestros ni alumnos, solo hay aprendizaje, en tanto que el educador está aprendiendo al igual que lo hace el que es educado. No hay un maestro en lo alto de una plataforma y el estudiante debajo de ella, porque ambos están condicionados. Si el maestro es serio, dirá: yo estoy condicionado y tú estás condicionado, hablemos sobre ello. Aparte de la materia que se está aprendiendo, de los conocimientos que se están transmitiendo, ésta debe ser la principal preocupación de la educación. Cuando se enseñan materias concretas, se pueden hacer ambas cosas: El estudio e indagación de uno mismo y el estudio y comprensión de las materias. Pero el estudio de uno mismo no puede aplicarse de la misma forma que las materias. No se te puede enseñar cómo tienes que mirarte a ti mismo de la misma forma que puedo enseñarte las matemáticas; por lo contrario, ambos podemos reflejarnos en el espejo de nuestra relación. Por ello es necesario dejar de lado toda autoridad, en un sentido psicológico; así, los objetivos de la pedagogía han de ser dos: la disciplina científica y el ayudar a los alumnos a comprenderse a sí mismos. El educador es consciente de que está condicionado y ayuda a ser consciente al alumno de su condicionamiento. Antes de enseñar ciencia, invierte un tiempo a la investigación de toda la estructura psicológica, de nuestros miedos, dogmas, teorías y ansiedades. Es responsabilidad de cada uno, no solo de los políticos, que están igualmente condicionados como nosotros; por lo que ninguna organización será capaz de transformar el mundo.
En el prefacio de una de las obras más relevantes de Krishnamurti, La libertad primera y última, Adous Huxley escribía: “Respondéis al reto, que es siempre nuevo, de acuerdo a una norma vieja, y de ahí que la respuesta carezca de validez, de originalidad y de frescor, [...] estáis respondiendo de acuerdo con el pensamiento condicionado. En consecuencia vuestra respuesta no tiene sentido. Si respondéis a un reto según el viejo condicionamiento, vuestra respuesta no os permitirá comprender el nuevo reto. Lo que uno tiene que hacer para enfrentar el reto nuevo es librarse, despojarse enteramente del trasfondo, encararse con el reto de un modo nuevo. En otras palabras, los símbolos jamás deben elevarse a la categoría de dogmas, y ningún sistema debe considerarse más que como una conveniencia provisional, [...] es solo a través de la comprensión creadora de nosotros mismos como puede surgir un mundo creador, un mundo feliz, un mundo en que no existan ideas. [...] La idea misma de dirigir a los demás es antisocial y antiespiritual. El dirigente siente satisfecho su anhelo de poder, y los que se dejan gobernar por él, sienten satisfecho su deseo de certeza y de seguridad. El guía espiritual provee a sus discípulos una especie de narcótico.”
Quiero dejarles aquí el link de la primera parte de una conversación sobre educación que tuvo Krishnamurti con Jean Louis Dewez en Brockwood Park 1979. El resto de las partes de la conversación están también en Youtube, por si quieren terminar de verla. Espero que les resulte interesante! Un abrazo.

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