En este capítulo Sweezy tratará de
hacer hincapié en algunas deficiencias de la lectura que Marx hace de la
tendencia descendente de la tasa de la ganancia.
Marx atribuía este efecto a la
composición orgánica ascendente del capital, como resultado de la creciente
productividad del trabajo. La tasa de la ganancia, en tanto que fuerza motriz
de la acumulación, se veía amenazada por el desarollo mismo de la producción.
Para explicar este proceso, Marx enumera seis causas contrarrestantes que
provocan una tendencia descendente en la tasa de la ganancia.
El abaratamiento de los elementos
del capital constante resultante del creciente uso de maquinaria que eleva
la productividad del trabajo. Dicho de otro modo, el aumento en la composición
orgánica del capital disminuye el valor del capital constante, que actúa a su
vez como su propio correctivo.
El aumento de la intensidad de
explotación derivado de la prolongación de la jornada de trabajo que eleva
directamente la tasa de la plusvalía al aumentar la cantidad de trabajo
excedente y manteniendo invariable la de trabajo necesario. No es que este
método esté necesariamente relacionado con una composición orgánica ascendente
del capital, sino que es un recurso del capitalista para compensar la tasa
descendente de la ganancia.
Depresión de los salarios más
abajo de su valor. Marx atribuye al mercado como factor determinante de
este fenómeno, más que a políticas de salario agresivas por parte de los
capitalistas.
Sobrepoblación relativa como
resultado del uso creciente de maquinaria, que se traduce en una mayor
composición orgánica del capital. El ejército de reserva, a través de la
competencia con la fuerza de trabajo activa, deprime los salarios y se eleva
así la tasa de la plusvalía.
Comercio exterior como factor
que abarata los elementos del capital constante y tiende a elevar la tasa de la
ganancia, aumentándose la tasa de la plusvalía y reduciéndose el valor del
capital constante.
Ahora bien, Marx infiere la
tendencia de la tasa de la ganancia a caer sobre el supuesto de que sube la
composición orgánica del capital, mientras que permanece invariable la tasa de
la plusvalía; lo cual significaría una elevación de los salarios reales
proporcional al aumento de la productividad del trabajo. Sin embargo, Sweezy
pone en entredicho esta suposición, ya que el ejército de reserva hace deprimir
los salarios, elevándose la tasa de la plusvalía; lo cual era reconocido
también por Marx, por lo que Sweezy lo interpreta como un intento de aquél por
considerar los cambios de la tasa de la plusvalía como una cuasa
contrarrestante más, y niega que el crecimiento en el volumen de la maquinaria
y materiales por obrero deba considerarse como un índice del cambio en la
composición orgánica del capital. Por otra parte, no podemos suponer que los
cambios en la composición orgánica del capital sean tan superiores a los de la
tasa de la plusvalía, de modo que los primeros dominen los cambios en la tasa
de la ganancia. Es por ello por lo que tanto la explicación que nos da Marx de
la tendencia descendente de la tasa de la ganancia le resulta poco convincente;
lo mismo sucede con la afirmación de que una composición orgánica ascendente
del capital deba venir acompañada de por una tasa ascendente de la ganancia.
Sweezy no niega la tendencia
descendiente de la tasa de la ganancia; tan sólo duda de que sea posible
demostrar este fenómeno partiendo de la composición orgánica ascendente del
capital. Es en el proceso de la acumulación de capital que hay tras esta última
donde deben buscarse las fuerzas que tienden a descender la tasa de la ganacia.
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